¿Los perros recuerdan a su madre y a sus hermanos?
Que los perros tienen memoria es indiscutible. No son pocos los perro que esconden ciertos objetos o comida en el jardín para recuperarlos pasado un tiempo. Esto implica cierta capacidad de memorización. Pero además tu perro sabe en qué armario guardas sus premios o si su pelota está en la mochila cuando vas de paseo. Esta habilidad cognitiva, que también se da en niños, se conoce como permanencia del objeto.
¿Pero por cuánto tiempo son capaces de recordar los perros?
Un estudio realizado mediante encuestas a propietarios de 113 perros que debían observar a sus perros durante seis meses, concluyó que los perros se acuerdan de su comida, sus objetos y su familia o los vecinos mediante su memoria a largo plazo. Por otro lado, un grupo de seis perros excepcionales, que son aquellos perros capaces de aprender nombres de objetos a gran velocidad, mostraron en un experimento que estos podían recordar el nombre de estos objetos aprendidos recientemente, hasta dos meses después de haberlos aprendido. Esto fue así en un 57% de los casos.
Otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Budapest mostró que los perros pueden recordar una orden dada durante diez minutos, utilizando el sistema de adiestramiento de aprendizaje por observación e imitación (Do as I do).
¿Cómo se reconocen los perros entre sí?
Reconocer a un individuo requiere la capacidad de discriminar sus características individuales del resto de individuos de su especie. Los perros utilizan su olfato y la vista para reconocer a otros individuos de su especie. Durante el reconocimiento olfativo, pueden oler directamente al otro animal o simplemente olfatear su orina y otras huellas para conocer de quién se trata, su estado de ánimo y si goza de buena salud.
¿Por qué es útil reconocer a los parientes?
Reconocer a los familiares evita peleas dentro del grupo, y además podría prevenir la hibridación entre sujetos emparentados. La reproducción entre individuos de la misma camada puede ocasionar problemas de salud debido a la escasa variabilidad genética aportada a la decencia. Esto ocasiona una mayor consanguinidad y por tanto más posibilidades de padecer enfermedades y morir.