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Alerta: hay más de 8.400 especies en peligro de extinción

Argentina es un país que posee una gran variedad de animales por su extensión, clima y biodiversidad. La falta de conservación, la contaminación, los incendios forestales y la caza furtiva, son algunos de los problemas con los que se enfrentan las especies que viven aquí.

Cada 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, y es una oportunidad para reforzar la necesidad urgente de combatir los delitos contra el medio ambiente y la disminución de especies causada por la actividad humana, que acarrea consecuencias negativas de gran alcance en el ámbito económico, medioambiental y social. Sobre todo, en el marco de los alarmantes incendios que ocurrieron en diferentes puntos del país en estos últimos meses, afectando a personas, la flora y la fauna nativa.

Los cinco temas que más preocupan a la población de nuestro país son: deforestación (67%), incendios (57%), manejo de residuos (53%), cambio climático (41%) y extinción de especies (39%).

“En Argentina es cada vez más frecuente escuchar cómo las llamas llegan a las regiones con mayor biodiversidad de nuestro país, ello se ve aumentado por años de falta de acciones concretas para disminuir las consecuencias del cambio climático. Las personas, la flora y la fauna afectadas deben contar con apoyo en todos los sentidos para sobrellevar el proceso de recuperación. Ello implica la correcta implementación de leyes vigentes en nuestro país y la promoción de leyes que cuiden nuestra naturaleza y a las personas” señaló Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.

En la actualidad, es preocupante la pérdida de biodiversidad a nivel mundial y los riesgos sociales y económicos que esta situación provoca. En menos de medio siglo, las poblaciones mundiales de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces sufrieron una disminución promedio del 68% debido a la destrucción ambiental por las actividades humanas.

En América Latina el resultado es aún más impactante: en promedio, la reducción fue del 94% y las principales amenazas son la alteración de bosques, humedales, pastizales y sabanas, la sobreexplotación de especies, el cambio climático y la introducción de especies exóticas.

“La pérdida de biodiversidad y de ecosistemas en nuestro país es alarmante. Por eso, desde Fundación Vida Silvestre Argentina, trabajamos junto a la comunidad, organizaciones y gobierno en la protección y restauración de hábitats naturales, en la mitigación de las amenazas, la creación y correcta aplicación de leyes que protegen nuestros ecosistemas y en promover buenas prácticas empresariales”, agregó Jaramillo.

En el mundo, según las Naciones Unidas, más de 8.400 especies de fauna y flora silvestres se encuentran en peligro crítico de extinción, mientras que cerca de 30.000 más se consideran vulnerables o en peligro de extinción.

Como todo está interrelacionado en la naturaleza, cuando una especie se ve afectada otras también por eso se sugiere que más de un millón de especies están amenazadas de extinción. Esto da cuenta de la importancia de seguir investigando y conociendo nuestra vida silvestre para evitar la extinción de especies que aún no han sido descubiertas o investigadas.

Las especies consideradas amenazadas dentro de estos grupos representan el 17,8% y el 15,2% son endémicas – es decir que solo se encuentran en nuestro país. Algunas especies amenazadas en nuestro país son yaguareté, oso hormiguero, tatú carreta, aguará guazú, delfín franciscana, entre muchos más.

Por ejemplo, el yaguareté es considerado una especie “indicadora” de la salud del ambiente, porque juega un papel importante en el mantenimiento de sistemas naturales que proveen de servicios ecosistémicos vitales para el bienestar de la naturaleza y las personas.

Por ello, si el yaguareté se encuentra en peligro de desaparecer, representa un indicador de que todo su entorno está en riesgo. La especie fue reconocida por un 35% de la población como el animal silvestre más emblemático de la fauna argentina y el 97% considera que su extinción sería muy grave.

FUENTE:

Fundación Vida Silvestre