El cambio de estación propicia ciertos comportamientos que antes no tenían. Algunos son inocuos y lógicos si los relacionamos con la situación. Otros pueden esconder una patología subyacente y es mejor conocerlos en profundidad para descartarlos. Todo lo que hagan debe tener su razón.
Muda de pelo
En ocasiones, los perros mudan el pelo en verano. Depende de la raza, el tipo de pelo y con qué frecuencia se realice un cepillado. Por lo general solo hay dos mudas (primavera y otoño), pero debes consultar tu caso particular para saber si se trata de un perro con cuatro mudas. La muda veraniega es para quitarse el pelaje más denso por uno más fino. Puede hacerlo con las patas o restregándose contra el mobiliario. Vigila que esta sea la razón y que notes más pelo en su zona de dormir o los sofás.
Pulgas
El verano es la estación más propicia para que los parásitos trepen por el pelo del animal. En el caso de las pulgas la picazón será mayor, ya que no solo habrá una sino varias que seguirán intentando reproducirse. Siempre es importante tener las desparasitaciones al día de todos los animales de la casa.
Come menos
El exceso de calor quita el hambre a los perros en verano, ya que les incomoda y es una sensación predominante en el día a día. Eso también se debe a que realizan menos ejercicio de lo normal. Los paseos son más cortos y espaciados en el tiempo debido a que hay horas en las que no pueden pisar la calle. Cuanta menos energía gastan menos energía requieren.
Está apático
¿Crees que tu perro está triste? ¿Se pasa el día acostado en el suelo sin hacer nada? ¿Crees que duerme demasiado? Es normal que la energía de los perros baje con el calor. Los perros no tienen glándulas sudoríparas para sudar como nosotros, y su temperatura basal es más alta que la nuestra ya de por sí. Es lógico que los perros en verano no tengan tantas ganas de jugar, correr y saltar. Cuanto más calor haga más echado en el suelo verás a tu animal. Separará las patas más y buscará que su hocico esté más fresco.
El calor, la gran cantidad de horas de luz, las vacaciones y pasar un mayor tiempo con ellos son algunos de los factores que influyen en estos cambios en su forma de ser. Muchos de ellos pueden resultarnos muy diferentes, pero tienen su sentido.