La infección de orina, la psitacosis, la aspergilosis, la colibacilosis y los quistes foliculares son las enfermedades más habituales entre los pájaros como mascotas.
Infección de orina:
Las aves no tienen vejiga; la orina pasa directamente desde los riñones (a través de los uréteres) a la cloaca, donde es transportada al intestino. La orina de los pájaros no es líquida, sino una pasta blanca que queda por encima de los excrementos, que son sólidos. Una infección de orina en las aves puede estar provocada por bacterias, virus o intoxicaciones con metales. No es fácil detectarla. A simple vista notaremos que el pájaro está algo hinchado y débil. También cursará diarrea (se aprecia porque los excrementos son líquidos y viscosos) y tendrá más sed. Si carga el peso del cuerpo sobre una pata u otra pata, estamos ante otro síntoma muy claro. Ante cualquiera de estas señales debemos acudir con urgencia al veterinario, ya que esta enfermedad resulta letal, si no se trata a tiempo.
Psitacosis u ornitosis:
Esta enfermedad infecciosa está originada por una bacteria (Chlamydia Psittaci) y causada por la falta de limpieza en la jaula. La transmiten las aves pertenecientes a la familia de los loros, los pavos y las palomas. En una gran mayoría de casos, el animal está asintomático (casi todas las palomas son portadoras de esta enfermedad); en los eventos más graves, el pájaro presentará diarrea de color amarillo-verdoso, conjuntivitis, disnea, pérdida de peso, debilidad o erizamiento en el plumaje. La psitacosis se trata con antibióticos. También es imprescindible realizar una limpieza profunda de la jaula y evitar, en un futuro, que se acumule la suciedad. La psitacosis puede transmitirse a los humanos por la inhalación de polvo de material fecal seco de jaulas de las aves (que puede ser infeccioso durante semanas). Las personas afectadas suelen tener fiebre, artralgia, conjuntivitis, diarrea o escalofríos; muchas veces suele confundirse con un catarro.
Aspergilosis:
Es una enfermedad respiratoria aguda o crónica producida por la presencia de hongos en semillas mojadas o con moho. El hecho de que la jaula esté situada en lugares húmedos, poco ventilados y se limpie con poca frecuencia favorece la aparición de esta enfermedad, que no es contagiosa. Los síntomas de la aspergilosis, todos relacionados con el sistema respiratorio, suelen hacerse evidentes cuando la dolencia es grave. Su tratamiento se basa en antifúngicos.
Colibacilosis:
Originada por la bacteria Escherichia coli, esta enfermedad suele ser una infección secundaria producida por la complicación de un proceso respiratorio. Puede ser más o menos grave, estando entre sus síntomas principales un mal estado general, apatía, anemia, erizamiento de las plumas, fiebre y disnea. Cuando se manifiesta en canarios, estos dejan de cantar. La colibacilosis se trata con antibióticos; un tratamiento que se puede complementar con complejos vitamínicos, aminoácidos y probióticos para favorecer una mejor (y más rápida) recuperación del animal.
Quistes foliculares:
Los quistes foliculares son pequeños bultos que pueden aparecer por todo el cuerpo del animal, aunque suelen localizarse bajo las alas. Se producen por el enquistamiento de una o varias plumas y son más comunes en los pájaros con plumaje denso, como los loros o los canarios. Entre sus causas está el picaje, las heridas o los traumatismos. Los quistes foliculares no suelen comprometer la vida del ave.